Clara Cortés, madrileña de 18 años, estudiante de Psicología, ha sido la ganadora de la 3ª edición de este premio con su obra, Al final de la calle 118. La joven autora reconoce el importante papel de la escritura en su vida: «Para mí, escribir es una forma de respirar«. Ya ha ganado otros certámenes de relatos, además colabora con la revista digital FantasyMundo reseñando novelas juveniles.
Este premio literario está dotado con 3.000 euros y con la publicación de la obra (prevista para mayo) en la colección juvenil de Plataforma Editorial: Plataforma Neo. En la 3ª edición el certamen ha recibido 199 novelas de 10 países distintos, escritas por autores de entre 14 y 25 años en lengua castellana y catalana.
Al final de la calle 118 narra la complicada relación entre Valeria y su hermana mayor, Raven. Seis años después de haber sido abandonadas por su madre, Valeria intenta abrirse camino como modelo, mientras su hermana ejerce la prostitución para que ambas puedan sobrevivir. Las discusiones entre ambas son frecuentes y Valeria pasa mucho tiempo sola. Pero a partir del momento en que Simon entra en sus vidas…
El jurado (formado por el escritor Francesc Miralles y por Jordi Nadal) ha decidido concederle un premio extraordinario a otra novela: La chica del león negro, de Alba Quintas, madrileña de 20 años, quien ya ha publicado dos novelas con anterioridad (Al otro lado de la pantalla, ganadora del premio Jordi Sierra i Frabra 2012, y Globe, publicada por Lapsus Calami). La propia autora define su novela como una historia de fantasía psicológica: una chica, Serena, que viaja entre dos mundos -la realidad y Némesis, un mundo gobernado por los horrores de la mente humana- para encontrar una cura para Pascual, su novio, que padece un trastorno bipolar.
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