R. S. Ferlosio, Industrias y andanzas de Alfanhuí, Random House
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RESUMEN:
Un niño de familia humilde de un pueblo de Guadalajara, muy observador y con mucha imaginación con la que realiza ingeniosos experimentos con cualquier cosa que encuentra, es capaz de sacar provecho a lo más inverosímil e inventar artilugios que a ningún otro niño se le podría ocurrir. Gracias a su imaginación consigue que el lector piense y se comporte como un niño y logra crear la duda acerca de si es realidad o ficción lo que presenta ante los ojos del que lee sus ocurrencias. Alfanhuí nos ofrece un catálogo viviente de colores, de esa luminosa explosión de tesoros ópticos que es la vida.
VALORACIÓN:
Lectura muy sencilla, ayuda que no haya muchos personajes, la imaginación del protagonista es quien parece el narrador de la historia. Llama la atención que toda la obra está escrita uniendo las oraciones por signos de puntuación. ¿Dónde están los conectores? Este recurso lo que provoca es que parece que no tiene ritmo, da la sensación de que puede ser aburrida la historia que cuenta. Así que te preguntas, ¿por qué el autor no le da emoción a las palabras?, ¿por qué oración tras oración sin más?
“El maestro hizo señas a la criada para que cogiera al gato. La bajó en brazos hasta la bodega porque con las ruedas no podía bajar sola. La criada cogió al gato sin vacilar, y éste soltó el cuello del cisne y la mordió en una muñeca. La muñeca sonó a pergamino y la criada no se inmutó. Volvió a cogerla en brazos el maestro y la subió al piso. Todos se volvieron a la cama, y la criada se acostó sin soltar al gato, que se estuvo debatiendo toda la noche. A la mañana siguiente la criada estaba toda destrozada. Tenía la piel de los brazos, del pecho y del cuello arañada y hecha jirones y se le salía el relleno.”
Sin embargo, tiene la capacidad de provocar que tu imaginación vuele a la par de la de Alfanhuí y sus descripciones te transporten al lugar donde ocurren, quizá por hacerlo simple o porque con cada oración es como si fuera algo nuevo.
La estructura de la obra es también sencilla: Ferlosio divide la obra en tres partes, basadas en diferentes momentos de la vida del protagonista y, a su vez, en capítulos muy breves en los que el joven ingenia algo nuevo, poco a poco vas entrando en su juego sin darte cuenta y al final te acaba gustando.
Así pues, lo que al principio pensabas que sería una lectura plana y aburrida te sorprende y te hace pensar lo que no es. El libro es un simple guion para dar rienda suelta a tu imaginación.
PUNTUACIÓN: 7/10.
RECOMENDACIÓN: Yo se lo recomiendo a cualquiera a partir de 13 con una imaginación libre y alegre como la de Alfanhuí, porque sin ella le parecerá lo más soso y aburrido que ha leído nunca, e incluso no será capaz de acabar de leerlo.
AUTOR: Víctor Santiuste Borreguero. Alumno de 2º Bachillerato